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Fiador avalista firmando el aval bancario

Las hipotecas representan una oportunidad de oro para todas aquellas personas que están en búsqueda de su sueño de tener una nueva propiedad inmobiliaria. Aunque no es imposible pagar al contado el precio de una casa o un apartamento, la figura del crédito hipotecario representa una facilidad enorme para materializar los objetivos de las personas. Sin embargo, como con todo procedimiento crediticio, existe un riesgo que debe minimizarse para que ambas partes puedan salir beneficiadas. Es aquí donde la figura del avalista cobra importancia para garantizar la seguridad en el pago del préstamo bancario. Como en todo proceso burocrático, el aval bancario debe cumplir con ciertas responsabilidades para garantizar el pago oportuno del crédito en el tiempo estipulado.

Los avales son figuras necesarias en el contexto inmobiliario, ya sea si se quiere alquilar una vivienda o solicitar una hipoteca para una casa nueva. Llevar a cabo la correcta gestión del inmueble ante los entes jurídicos pertinentes es la única forma de que el proceso salga acorde a lo planeado. Históricamente, ha quedado demostrado que minimizar las contingencias en posibles impagos es la mejor forma de lograr que el sector inmobiliario continúe siendo uno de los más robustos y estables. Es por eso que hoy te hablaremos de las responsabilidades y funciones que un aval debe tener para asegurar una relación fructífera tanto para inquilinos como para propietarios y entidades crediticias.
trato de aval hipotecario entre dos personas.

El avalista del alquiler debe cumplir con una serie de responsabilidades

Algunas veces, la presencia de un aval es totalmente necesaria para cubrir todos los requisitos del contrato de arrendamiento. La cantidad de fianzas ha incrementado como consecuencia directa de la burbuja del alquiler, pues ahora muchos propietarios exigen incluso de dos a tres meses de fianza, esto sumado a la necesidad de contar con un aval.

Podemos resumir las funciones de un avalista como un individuo que se compromete a pagar el alquiler si otra persona no cumple con dicho pago.

Básicamente, si el propietario de un inmueble arrendado no recibe el pago de la mensualidad debida, puede pedir al aval del arrendatario que pague en su lugar. Por supuesto, esto garantiza al propietario que el pago de dicha mensualidad se llevará a cabo sin faltas. Las obligaciones del aval duran mientras la deuda del alquiler que posea el acreedor permanezca vigente. Esto quiere decir que si la deuda no puede ser liquidada, el avalista debe hacerse cargo de la misma.

Imagen de hombre revisando crédito del avalista.

Todos estos trámites se llevan de manera controlada si se cuenta con la ayuda de profesionales capacitados para educar a futuros arrendatarios de las responsabilidades del avalista. El historial crediticio del aval juega un rol fundamental al momento de decidir si dicha persona puede ser deudor principal o no. Esto significa que el historial de crédito del avalista en cuestión puede verse directamente afectado por malas praxis por parte del arrendatario, lo cual supone un riesgo muy grande relacionado a este tipo de acuerdos.

Con el fin de minimizar riesgos, existe la posibilidad de añadir a varios avales bajo la figura de «responsabilidad mancomunada», donde cada aval se hace cargo de una parte de la cantidad total estipulada en el contrato de arrendamiento. Es necesario recalcar que todo propietario tiene la posibilidad de ofrecer a un inquilino de recurrir a un aval con el fin de garantizar el pago si surge cualquier tipo de contingencia. Esto deriva en seguridad legal y jurídica para el propietario a la hora de arrendar su propiedad.

Estas son las responsabilidades de un aval hipotecario

Es en una hipoteca cuando la figura del aval cobra más relevancia en el ámbito inmobiliario. Muchas personas jóvenes se aventuran en la idea de comprar una vivienda, pero en la mayoría de los casos no cuentan con fondos suficientes para llevar adelante el préstamo hipotecario. Esto deriva en que los padres de dicho individuo sirvan como garantía cubriendo de forma parcial o total la hipoteca ante las entidades bancarias.

Imagen de un chico con padre aval

En España, los bancos no acostumbran conceder hipotecas que superen el 80% del coste de la propiedad, por este motivo recurrir a un aval soluciona el inconveniente de tener que solicitar diferentes préstamos a varias entidades. Entre las responsabilidades más importantes de un avalista de hipoteca encontramos que este deberá cubrir todos los gastos que el solicitante de la hipoteca no pueda pagar. Este debe cumplir al pie de la letra todos los términos y condiciones firmados en el contrato de hipoteca. De hecho, la figura del aval puede transferirse a los descendientes incluso si el avalista original fallece.

En resumen, podemos decir con certeza que la figura del aval trae consigo una responsabilidad inmensa, independientemente si hablamos de un avalista de alquiler o un avalista de hipoteca. Sin embargo, aprovechar sus virtudes es lo que le permite a miles de personas acceder al derecho constitucional de una vivienda digna.

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